martes, diciembre 04, 2012

Mina, The Dream Theatre

Álvaro Garrido obtuvo este otoño su primera estrella Michelin en el restaurante Mina, de Bilbao. Este vídeo muestra su filosofía, y cómo fue recibida esa estrella la noche del 22 de noviembre.
Inspirador y emocionante.

lunes, diciembre 03, 2012

Paul Auster, Aquí y Ahora, conversaciones con J. M. Coetzee

Se publica estos días en España un nuevo libro de Paul Auster, que de nuevo vuelve a estar alejado de los parámetros estándar de la ficción y que pretende seguir buceando en esa especie de universo personal al que Auster ha confiado la mitad de su obra, que o bien habla de él, o de su familia, o de las cosas que le han pasado o de las tres anteriores a la vez. La carrera de Auster es un salto permanente entre la ficción pura y la revisión de su biografía, de sus miedos, acciones, sueños o inquietudes. Y conforme ha avanzado en edad, la balanza se ha comenzado a decantar hacia este panorama de no ficción, o de ficción relativa, porque uno no sabe dónde está la realidad y dónde el relato en sus libros de la última década. Viajes por el Scriptorium y Un hombre en la oscuridad bordean esa línea, claramente cruzada hacia las memorias en Diario de Invierno (2012) o en la anterior A salto de Mata (1997).
Mientras Auster prepara ya una nueva revisión de su vida, según El País, en la que tendrá como eje de la narración las cartas que le mandaba a su primera esposa, Lydia Davies, se acaba de publicar en España (Anagrama/Mondadori) un volumen de 270 páginas en la que utiliza precisamente este género epistolar. Se trata del cruce de correspondencia que mantuvieron durante tres años Paul Auster y el nóbel sudafricano J.M. Coetzee, un cruce de cartas por vía postal (con sobre, sello... ¿se acuerdan?) en la que ambos reflexionan sobre el presente, sobre la situación política, la crisis, el amor, la infancia, la literatura, las malas críticas, el deporte o la paternidad. La vida, vista por dos de los grandes de la narrativa actual.

ISBN 978-84-397-2632-6
PVP SIN IVA 
PVP CON IVA 18.90 €
Nº DE PÁGINAS 270
COLECCIÓN Fuera de colección
TRADUCCIÓN Benito Gómez Ibáñez y Javier Calvo

jueves, noviembre 22, 2012

El año de Francis Paniego


Francis Paniego tenía en los genes convertirse en un gran chef y no ha defraudado en absoluto. La oportunidad se la brindaba su propia carga genética y toda la historia que rodea al Echaurren, el restaurante familiar del que él representa la quinta generación en Ezcaray (La Rioja), donde sus antecesores son toda una institución desde que en 1898, apretados por la llegada del ferrocarril, reformarán su posada de postas para abrir su primera casa de comidas en el corralón que albergaba las cuadras y donde se guardaban los carruajes. Paniego, recién designado Premio Nacional de Gastronomía 2012 en la categoría de jefe de cocina, emula así a su madre, Marisa Sánchez, que consiguió el mismo título en 1987, hace 25 años. Y rubrica además un año de ensueño.
No será fácil de olvidar para Paniego, de 44 años, el ejercicio 2012, el peor de la crisis (hasta ahora) pero quizá el mejor en el terreno profesional, cuando más reconocimientos le han llegado en un breve espacio de tiempo. En apenas doce meses, el chef riojano ha obtenido una segunda estrella Michelin (para el restaurante del Hotel Marqués de Riscal, en Elciego, Álava; que suma a la que ostenta en el Portal de Echaurren, el local moderno de la casa familiar), ha abierto un exitoso restaurante informal en Logroño (Tondeluna), cosechó el reconocimiento como Chef Millesime en la feria homónima que se celebra en Madrid y, después de lograr el Premio Nacional de Gastronomía sobre otros dos nominados de lujo (Ángel León, de Aponiente, y Jordi Cruz, de Abac), puede terminar todavía mejor esta misma semana si los inspectores de la Guía Michelin le dejan algún nuevo 'macarrón' para 2013, lo que se conocerá la noche del jueves 22.
Un año redondo para Paniego, que además ha disfrutado como un niño con el hecho de que Logroño haya sido, y sea todavía, Capital de la Gastronomía 2012. El título y todo lo que conlleva ha impulsado su local de la urbe riojana, que se ha convertido este año en un trepidante centro neurálgico de la cocina moderna española por el que han pasado en los últimos meses muchos de los mejores chefs y bodegueros del país para ofrecer sus cocinas y vinos como parte del programa gastronómico vinculado a tal designación. Tondeluna, su proyecto más personal y que ha abordado junto a su mujer, se ha colocado ya en la lista de los locales informales imprescindibles, en lo alto del top de este nuevo tipo de establecimientos que algunos llaman gastrobares y en los que no se hace otra cosa que ofrecer alta cocina en miniatura, en entornos menos formales y a precios más asequibles.
Paniego tembló como un flan el martes cuando salió su nombre en la designación del Premio Nacional, que entrega la Real Academia de Gastronomía de Rafael Ansón y la Cofradía de la Buena Mesa. Era evidente la emoción en una efeméride tan señalada, 25 años después de que su madre Marisa Sánchez, todavía alma del Echaurren de Ezcaray (el originario, con la mejor comida tradicional de la zona), lo recibiera después de media vida dedicada a tratar bien a la gente. Toda la emoción condensada en un tuit, el que colgó en twitter el propio cocinero ya entrada la noche: “Acabamos de llegar al hotel, qué pasada, qué cantidad de felicitaciones. No paro de llorar, ¿seré gilipollas? Mil gracias a todos. Viva Miliki”. Antes, al recibir el premio, Paniego había desvelado sus cartas gastrónomicas, que definió como “cocina de terruño, pero sin terruño”. Paniego dijo la tierra significa todo, pero matizó que no pensaba renunciar a ninguno de los ingredientes fantásticos que se pueden conseguir en cualquier punto de la geografía española. “Odio el concepto de cocina de kilómetro cero, creo que te limita un montón y te ata. Reivindico la cocina del terruño pero sin la obsesión por el producto, la cercanía, el territorio. Mi gastronomía es la de todo el país y no voy a renunciar a ello", ha aseverado.
En Echaurren, por si alguno se lo pregunta, se pueden degustar algunos platos de calidad excepcional y algunos que están entre los mejores de España. Las croquetas de Marisa, por ejemplo, son famosas en todo el país y se demandan en consecuencia. Sedosas y de sabor y textura excepcional, se elaboran con la antigua receta de la familia: jamón, pechuga de pollo desmenuzada, caldo de carne y harina y leche en consecuencia, mezcla que se bate sin descanso en grandes cazuelas hasta que el hervor erupciona como un volcán. En el restaurante tradicional (Echaurren), Marisa sigue dirigiendo una cocina basada en los platos de toda la vida, menestras, potajes, cordero... mientras en el moderno (El Portal de Echaurren) Francis despliega su creatividad sin límites con la base de un producto sensible: hortalizas, guisantes lágrima, hongos, bacalao, cocochas, becada... En Elciego (Álava), Francis gestiona a su vez el restaurante del hotel Marqués de Riscal, que obtuvo hace un año su primera estrella Michelin. Ahí, igualmente, manda la modernidad.
Publiqué este artículo originalmente en elcorreo.com. El video lo hicimos cuando cosechó su primera estrella Michelin en Marqués de Riscal, en Elciego (Álava)

Dónde encontrarle

miércoles, mayo 02, 2012

Lo nuevo de Neil Young: Oh Susannah


Lo nuevo de Neil Young, Americana, en el que el canadiense repasa el folk tradicional de Estados Unidos y lo pasa por el tamiz de los Crazy Horse, incluye este tema, ya en video.

viernes, marzo 30, 2012

Esto suena en la gira de Bruce Springsteen 2012

Muchos tendréis, como yo, entradas para ver de nuevo a Bruce Springsteen en su gira por España. El Boss está afinando el show estas semanas en una gira de test por Estados Unidos, en la que está utilizando buena parte del nuevo material del álbum Wrecking Ball, recién llegado a las tiendas. Springsteen sigue haciendo lo de siempre, espectáculos largos, de casi tres horas, con una media de 25 temas de los que media docena pertenecen al nuevo álbum. El resto, los clásicos de siempre y alguna sopresa. El Jefe mantiene la estructura pero cambia el repertorio de clásicos a diario, así que hay que tener un poco de suerte para que toquen los que más te gusten. No está fallando, por lo general, el arranque del show (que confía al single del nuevo álbum, We take care of our own), el cierre de la primera parte (Thunder Road) y el tema final (Tenth Avenue Freeze-Out).
Del nuevo disco, Springsteen utilizada el single mencionado, además de Wrecking Ball (que compuso en 2009 para el cierre del Giants Stadium), Death to my Hometown, Seaside Bar Song, Jack of all trades, Easy Money, y We Are Alive, todas ellas en la primera parte del espectáculo. Son más, o eso parece, que en otras giras de presentación de disco. Bruce salpica estos temas con super clásico como Badlands, The Promise Land o Shes the One, que molan más. Y recupera otros más recientes como Lonesome Day oThe Rising.
En el encore, Bruce interpreta otra más del nuevo álbum, Rocky Ground, y arranca la fiesta final con Land of Hope and Dreams, Born to Run, Dancing in the Dark, Raise Your Hand (que a veces cambia por Glory Days) y el cierre final con Tenth Avenue Freeze Out.
Éste es, por ejemplo, el set list del 28 de marzo en Filadelfia
Setlist:
We Take Care of Our Own
Wrecking Ball
Badlands 
Death to My Hometown
My City of Ruins
Seaside Bar Song
Does This Bus Stop at 82nd Street?
Jack of All Trades
Atlantic City
Easy Money
She's the One
Waitin' on a Sunny Day
The Promised Land
Apollo Medley
American Skin (41 Shots)
Lonesome Day
The Rising
We Are Alive
Thunder Road
* * *
Rocky Ground (with Michelle Moore)
Land of Hope and Dreams
Born to Run
Dancing in the Dark
Raise Your Hand 
Tenth Avenue Freeze-out

miércoles, marzo 28, 2012

Neil Young vuelve a subirse al caballo loco

Neil Young volvió a reunirse en el estudio con la banda al completo de Crazy Horse y el resultado ya está terminado, con fecha de lanzamiento el próximo mes de junio. Hacía nuve años, desde el temático Greendale que Young no se metía en estudio con la banda, aunque hay que remontarse aún más atrás, al Broken Arrow de mediados de los 90, para encontrar a Crazy Horse con su alineación habitual (Billy Talbot, Ralph Molina y Poncho Sampedro). Broken Arrow fue un magnífico trabajo con temas muy interesantes, densos instrumentales guitarreros como Big Time, Loose Change que se iban a los 7 y 9 minutos de duración. Greendale, en cuya grabación faltó Sampedro, fue un álbum temático de Young sobre la repercusión del asesinato de un policía en una localidad inventada, aderezada con crítica a los Media y tintes 'save the planet'. Ambos grandes trabajos de Young, de lo mejor del canadiense en las dos últimas décadas, a mi juicio.
Young no ha parado desde entonces, pero siempre es un placer volverse a escuchar acompañado por sus escuderos de lujo. El álbum recién rematado llevará por nombre Americana, el término que se utiliza para denominar la música tradicional de Estados Unidos, y precisamente sobre ello trata. Será un disco de versiones de clásicos (o no tan clásicos) del folk. De Oh Sussana a This Land is Your Land, el clásico de Guthrie.
El lanzamiento se prevé para el 5 de junio. El disco fue grabado en los estudios Audio Casa Blanca y producido por el propio Young, John Hanlon y Mark Humphreys.

El tracklist de Americana, vía hipersonica, será el siguiente:
  • 1. Oh Susannah
  • 2. Clementine
  • 3. Tom Dooley
  • 4. Gallows Pole
  • 5. Get A Job
  • 6. Travel On
  • 7. High Flyin’ Bird
  • 8. She’ll Be Comin ‘Round The Mountain
  • 9. This Land Is Your Land
  • 10. Wayfarin’ Stranger
  • 11. God Save The Queen

martes, marzo 27, 2012

Auster bucea en la memoria


Vuelvo a actualizar este blog. Uno nunca sabe qué camino va a seguir una vez que lo arranca de nuevo, pero me apetece arrancarlo. He vuelto a escribir de cosas divertidas en mi trabajo, de música, de gastronomía, de viajes, incluso de Auster. Así que pegaré aquí algunos de esos textos por si tienen interés para alguien. No sé qué va a pasar con el alter-ego de este blog, el Esto es Brooklyn alojado en la plataforma de blogs de El Correo. Trato de mantenerlo, pero me cuesta tanto... De momento, abrimos la persiana aquí. Y lo hacemos con un texto sobre Auster que preparé hace unas semanas.
Bienvenidos todos. Bienvenido yo mismo.
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“Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quien jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro”, se lee en la primer línea de Diario de Invierno (Anagrama), lo nuevo de Paul Auster que salió a la venta el pasado 1 de febrero, un par de días antes del 65 aniversario del escritor (unas semanas antes lo hizo en formato electrónico). La novela, más un repaso vital que un relato de no ficción, llega traducida por Benito Gómez Ibáñez, lo que es una suerte y una garantía para el lector español. “Habla ya antes de que sea demasiado tarde y confía luego en seguir hablando hasta que no haya más que decir. Después de todo, se acaba el tiempo. Quizá sea mejor que de momento dejes tus historias a un lado y trates de indagar lo que ha sido vivir en el interior de este cuerpo desde el primer día que recuerdas estar vivo hasta hoy. Un catálogo de datos sensoriales. Lo que cabría denominar fenomenología de la respiración.”
Auster, como se ha visto en los párrafos precedentes, no se separa de la prosa que ha cautivado a su abultado club de fans, aunque reitera el juego de componer el relato en base a retazos de su vida, lo que ya utilizó en La Invención de la Soledad y en El Cuaderno Rojo, sus otras dos novelas (novelita, en el segundo caso) donde repasa su vida, sus matrimonios, su sexualidad, las intensas casualidades que han marcado su existir y, también, su obra. Las expectativas con Diario de Invierno eran altas. Siempre lo son en el caso de Auster, aunque a la fuerza hayamos aprendido que no siempre son respondidas con el entusiasmo necesario para garantizar la reciprocidad. Apostamos en su día por Viajes por el Scriptorium, lo que parecía un genial pasatiempo metaliterario, y erramos. Quisimos resarcirnos con Un Hombre en la Oscuridad y volvimos a estamparnos con la pared. Gracias, sin embargo, Paul Auster, por Sunset Park, que nos devolvió la fe. Y antes por Brooklyn Follies y antes por El Libro de las Ilusiones y antes por Leviatán y por todas las demás y en el principio de todo por la Trilogía de Nueva York. La leyenda se ha forjado a golpe de casualidad y muñeca rusa.
Para quien no lo sepa, Diario de Invierno, esto de Paul Auster que nos acaba de llegar, es una nueva visión de la vida del escritor, que habla sobre sí mismo en segunda persona, como si el protagonista fuera el lector y él, simplemente el narrador, como si nada de lo que ocurre le hubiera pasado a él mismo. Un severo accidente que le ha impedido volver a conducir; la muerte de su madre; un exhaustivo repaso por los 21 domicilios que ha ocupado en su vida; sus viajes de juventud a Europa; el sexo iniciático. Ya contó parte de su camino en La Invención de la Soledad y ahora nos invita a atravesar otros senderos, otras anécdotas y otras reflexiones desde el invierno de la vida. No son memorias al uso, ya lo sabemos, pero la prosa de Auster suele ser tan absorbente que igual nos da que la vida narrada sea la suya o la de otra persona. Auster es como de la familia. Un vecino de Brooklyn. Gente del barrio.
“Tus pies descalzos en el suelo frío cuando te levantas de la cama y vas a la ventana. Tienes seis años. Afuera cae la nieve, y en el jardín las ramas de los árboles se están poniendo blancas.” Ah, Auster.

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